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Anécdotas
El Perrito Universitario
Hace muchos años cuando tenía unos 12 años, vivía con mis padres en un pueblito del interior del país. Por esa época teníamos un perrito llamado Duque que se había acostumbrado a nosotros, aunque sus verdaderos dueños eran una familia de catedráticos de la universidad que residían en las afueras de la ciudad, distante unos 5 km. aproximadamente.
El perrito pasaba 3 ó 4 días en nuestra casa y luego se iba donde sus verdaderos dueños en la ciudad universitaria. El perrito estaba allá igual tiempo y luego volvía a nuestra casa y así pasaba su vida, entre las dos familias. Parece que se acostumbró a nosotros porque mi madre le daba buenas porciones de comida, que al parecer le gustó tanto y es por eso supongo que venía a estar con nosotros cuando se cansaba de la comida de sus verdaderos dueños.
En invierno cuando llovía casi todos los días, el perrito llegaba bien mojado y embarrado, era obvio porque había una parte del trayecto que no era pista y por ende al pasar por los charcos o cochas se ensuciaba con lodo.
Pero al cabo de un tiempo nos dimos cuenta que aunque lloviera ya no llegaba sucio, claro ligeramente mojado pero ya no empapado y embarrado. Le preguntamos a sus verdaderos dueños si lo traían en su carro, nos dijeron que no.
Todos en mi familia nos preguntábamos como hacía el perrito para que ahora llegue limpio, si antes llegaba bien sucio cuando llovía.
El enigma se aclaró cuando un día, vimos bajar al perrito en la esquina, a la vuelta de nuestra casa, había llegado en el ómnibus que transportaba a los universitarios.
Permuta Vocal
Cierto día cuando trabajaba para una compañía en Lima-Perú, se recibió en la oficina una llamada telefónica de larga distancia desde una sucursal en Iquitos, exótica ciudad ubicada a más de 1000 km. al nor-oriente de la capital.
Uno de los empleados que era del interior del país, creo que de algún pueblito de cerro de Pasco, contestó el teléfono y con voz firme y sonora habló de la siguiente manera:
- ¡ Aló, sí Equetos, si le escucho, adelante Equetos ... claro ... claro ... si, si... entendido Equetos, muy bien, hasta luego Equetos. !
Una vez terminada la converzación, con buena intención me acerco al compañero de trabajo que era mi pataza, diciendole: My friend, Iquitos se pronuncia así iiiii...quiiiii...tooooos con "i" latina, a lo que él inocentemente y moviendo las manos, me respondió:
- ¡ Piro qui quiris qui ti diga puis. !
Viaje a la Luna en Autobús
Había llegado recién a Lima para estudiar, desde mi pueblo natal Tingo María. Al inicio tenía muchos problemas para movilizarme porque no conocía la ruta de las líneas de transporte. Una vez tomé un autobús para dirigirme a visitar a mis tíos que vivían prácticamente en el otro extremo de la ciudad, por un sitio muy alejado que recién se estaba poblando.
Debido al largo trayecto, me quedé dormido, hasta que el chofer me despertó en el último paradero para que me bajara, yo era el único pasajero que quedaba. Medio sonñoliento y perdido me levanto y veo por las ventanas que ya era de noche y estaba por un lugar con un paisaje desolador y desértico de aspecto lunar, a lo que al bajar las escalinatas del autobus, solo atiné a decir:
- " Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la Humanidad" ... y me fuí al frente para tomar otro autobús y volver a la tierra.
El Instalador Pornográfico
Antes de terminar de estudiar mi carrera universitaria de Electrónica y Sistemas, ingresé a practicar en una pequeña empresa de Telecomunicaciones. Un día nos mandaron a instalar una antena parabólica para televisión satelital en una casa ubicada en el distrito de San Miguel.
Culminada la instalación, uno de mis compañeros procedió a enseñar a la señora de la casa, como debe encender el Receptor Satelital y como debe manejar el control remoto.
Mi compañero pasaba de un canal a otro con el control remoto explicandole a la señora, pero en uno de esos cambios de canal, estaban pasando una película porno, pero como el estaba de espaldas al televisor y el volúmen estaba en cero, mi compañero no se percató de las candentes escenas pornográficas.
Nosotros nos quedamos sorprendidos por el concierto de flauta, clarinete y corneta que nos agarró desprevenidos. Lo peor era que el hijito de la señora de unos 4 o 5 años también estaba mirando la comilona.
Como nosotros nos quedamos como hipnotizados por no decir idiotizados, la señora después de unos instantes reaccionó y le rogó a mi compañero que cambiara de canal o lo apagara.
Nosotros cuando salimos de la casa de la señora, no sabíamos si morirnos de verguenza o morirnos de risa, que rooooooche.
El Ascensor Invisible
Cierta vez nos mandaron a instalar una Antena de Recepción en un edificio de 15 pisos en el distrito de San Isidro. El edificio muy bonito estaba casi terminado. Y bueno, a nosotros nos encargaron instalar la torre, la antena y hacer el respectivo cableado hacia todos los departamentos del edificio.
Nos tomó como 15 días de arduo trabajo terminar el proyecto, digo arduo trabajo porque teníamos que subir y bajar varias veces y a pié el edificio de 15 pisos. Cuando estábamos trabajando éramos los únicos que accedíamos al edificio, solo había un viejito guardian que era muy parco y siempre paraba molesto.
Cuando ya habían pasado como 10 días de "arduo" trabajo vinieron a trabajar al edificio unos señores que iban a colocar varias puertas en los últimos pisos, porque nos habíamos fijado que ahí faltaba culminar algunos trabajos de acabados.
Antes de ingresar al edificio entre nosotros nos estábamos vacilando y riendo porque esos señores iban a cargar varias puertas, materiales y herramientas hasta los últimos pisos. A los pobrecitos, decíamos les va a dar un infarto y nos reíamos.
Grande fue nuestra sorpresa cuando, todos se dirigieron al ascensor que nosotros pensábamos que todavía no funcionaba porque estaba casi tapado por una ruma de materiales en desuso.
No sé, pero parece que ellos se dieron cuenta de nuestra inexperiencia. Porque cuando coincidíamos en el ascensor nos miraban y pelaban su muela con una sonrisa sarcástica.
El Colegial Miedoso
Cuando cumplí 6 años, mis padres decidieron matricularme en el Colegio Padre Abad de Tingo María, para hacer mi Jardín Mientras mi hermano, un año mayor que yo, pasaba a Transición.
Bueno, en el primer día de clases a regañadientes salí de casa, mi papá me tuvo que reñir para ir al colegio. Era un niño tímido, muy pegado a mi madre y tenía mucho miedo cuando no estaba cerca de ella.
Juntos con mi hermano, nos encaminamos al colegio. Yo por supuesto me moría de miedo, pero caballero nomás tenía que ir a la escuela, porque todos los niños lo hacían.
Así pasaron como 2 meses, cuando un domingo mi madre se encuentra con la profesora de jardín en el mercado, y la profesora algo contrariada le comenta porqué yo no iba al colegio, la teacher pensaba que estaba enfermo. Mi madre le dijo que yo no estaba enfermo y que iba todos los días al colegio junto con mi hermano.
Al día siguiente, se aclaró la confusión. Yo en realidad no iba a jardín, sino a Transición, siguiéndole a mi hermano, era más cobarde. Pero el detalle es que la profesora de transición no se dio cuenta, porque yo respondía en clase igual que mis demás compañeros, nadie notaba que en realidad yo era de jardín. Tal es así que decidieron no cambiarme a jardín, nunca hice jardín, al siguiente año nuevamente volví a transición, porque según mi edad me correspondía estar en ese nivel, bueno así era en ese tiempo.
Como estaba viendo la película Transición por segunda vez, ya lo sabía. A partir de ahí empecé a estar entre los mejores alumnos del salón y así proseguí durante toda mi primaria y secundaria. Hasta que conocí a mi gran amor Claudia, en la academia (ver Poema a Claudia), a partir de ahí nunca más volví a ser el alumno aplicado que fui durante mi época colegial.
El Ingeniero Cachimbo
Cuando terminé mi carrera de Ingeniería, ingresé a trabajar a una compañía que hacía trabajos de Planta Externa para ENTEL Perú que luego se convirtió en Telefónica. Luego de especializarnos en cableado y empalmes como 3 meses en TECSUP, nuestros jefes que eran ingenieros españoles de la madre patria organizaron 3 grupos de trabajo. Un grupo se iba a Arequipa, otro grupo a Trujillo y el otro se quedaba en Lima.
Yo estaba al mando del grupo que se iba a Trujillo, bueno me acuerdo que la primera vez que me mandaron a Trujillo, tenía por misión reunirme con el Administrador de ENTEL para coordinar aspectos técnicos relacionados con los trabajos de planta externa que íbamos a ejecutar con mi grupo en la primaveral ciudad de Trujillo.
Cuando llegué a Trujillo, me reuní con un señor ya cuarentón que iba a trabajar junto con nosotros, el señor se puede decir iba a ser mi brazo derecho en la parte logística y administrativa.
El día del encuentro con los ingenieros de ENTEL Perú de Trujillo, acudí muy temprano, me acuerdo que me había puesto un saquito para aparentar mayor edad, porque ese tiempo tenía 24 años y quería dar la impresión de ser mayor, aunque mi aspecto físico demostraba todo lo contrario, en realidad parecía de 20 años.
Bueno, la cosa es que cuando llegué a la oficina del Administrador había una mesa larga y grande, yo estaba con el señor cuarentón y nos sentamos en un extremo los dos. Casi al mismo tiempo que estábamos por sentarnos llegaron los Jefes y Gerentes de ENTEL, todos los señores estaban con terno, eran de peso y muy serios ellos. Me acuerdo que estaba el Jefe de Planta Externa, el Inspector Técnico, el Gerente de Ventas, el Gerente Técnico, el Gerente de Finanzas, el Gerente de Planificación, etc. Ellos eran como 8 entre ingenieros y gerentes, los más más de esa compañía.
Me acuerdo que una vez sentados, algunos sacaron sus maletines tipo James Bond y sus celulares grandotes como ladrillos que lo pusieron encima de la mesa. Ojo en esos tiempos muy pocos tenían celulares recién estaban ingresando. Yo por mi parte saqué mi cuadernito y mi lapicerito que había comprado esa mañana en una librería para hacer mis apuntes.
El Administrador de ENTEL, nos dio la bienvenida y empezó a hablar sobre el proyecto, temas relacionados con la planificación, suministro de materiales, parte técnica, plan de trabajo, modificación de planos, seguridad, logística, etc. Porque los trabajos se hacían prácticamente entre ambos y teníamos que coordinar bien.
Cuando el Administrador estaba exponiendo, me daba cuenta que más le miraba al señor cuarentón, osea pensaba que él era el ingeniero encargado de la obra. Yo estaba seguro que el señor cuarentón estaba en la luna de lo que decía el administrador porque el no sabía sobre aspectos técnicos de planta externa telefónica.
Bueno, yo apuntaba en mi cuadernito los puntos más importantes. Cuando nos tocó hablar, o mejor dicho cuando me tocó hablar a mí, porque yo era el jefe de la obra, todos los señores gerentes que están ahí se quedaron sorprendidos, algunos que estaban casi aburridos, queriendo dormir o mirando por otro lado, voltearon a mirarme cuando empecé a responder sobre los diversos aspectos técnicos a tener en cuenta durante la ejecución de la obra. Debo decirles que yo no era quedado y me llegaba que ellos fueran mucho mayores y experimentados que yo.
Con el tiempo y mientras se ejecutaba la obra, me hice amigo con algunos de los ingenieros y gerentes de ENTEL. Me acuerdo que una vez cuando estábamos en grupo en un restauran comiendo y tomando algunas chelas, uno de ellos el Jefe de Planta Externa, me dijo que cuando me vio por primera vez, pensaba que era cachimbo.
Estuve como un año trabajando en Trujillo, la obra se culminó con algunos problemitas pero se terminó. Cuando iba a Trujillo a pasear, le visitaba al ingeniero y me hospedaba en su hostal que hizo cuando le botaron de ENTEL durante la privatización. Ya no voy a Trujillo hace tiempo, pero alguien por ahí me dijo que el señor ya falleció de cáncer.
El Ingeniero Pendejo
Durante la ejecución de los trabajos de telefonía que realizábamos en Trujillo, hubo varios problemas, pero el que más recuerdo es ésta.
Estábamos ya como un mes trabajando en Trujillo, cuando vino a Trujillo el Jefe de Planta Externa de mi compañía, era uno de los jefes más capaces, el ingeniero era español, muy serio él y con mucha experiencia. Se puede decir que vino a hacer inspectoría y ver que tal estábamos haciendo nuestro trabajo.
Todo el día estuvo registrando y verificando que todo estuviera en orden y que los trabajos se ejecutaran en el tiempo señalado. Felizmente no estábamos atrasados, pero casi al finalizar la tarde el ingeniero detectó que faltaban algunos planos y algunos expedientes técnicos que nos había entregado ENTEL. Al parecer el técnico encargado de esos documentos lo había extraviado.
El español estaba muy molesto, tanto es así que le dio 24 horas al técnico para que encontrara donde sea los documentos que faltaban. Al día siguiente el técnico salió en su busca. Yo por mi parte, estaba muy preocupado, porque podía rodar mi cabeza como responsable de la obra, así que por intermedio de un amigo de ENTEL, me llevó directamente donde el ingeniero que había elaborado el expediente técnico y los planos.
Así que le conté al ingeniero que teníamos este problema y que por favor nos pudiera ayudar. El ingeniero al comienzo se hizo el interesante, pero le rogamos que sea comprensible, felizmente atracó y nos generó los documentos mediante un programa especial que tenía en su computadora, los firmó, le puso su sello y asunto arreglado.
Cuando llegué en la tarde a la oficina el español nos estaba esperando con cara de pocos amigos, le dije que había encontrado los documentos y que todo estaba en regla. El ingeniero se quedó contento, que hasta me invitó a cenar.
Debo decirles que el técnico que extravió los documentos, nunca más volvió, desertó. Nunca más volvimos a saber de él. Sabía que iba a perder su trabajo y prefirió fugar.
Pero lo bueno viene después, al día siguiente se marchó el español contento, todo estaba bien en Trujillo salvo ese “pequeño” incidente. Cuando regresé del aeropuerto como a las 9:00 a.m., le llamo al ingeniero de ENTEL para agradecerle su valiosa ayuda. Y quedamos en vernos a la hora del almuerzo en una cevichería para celebrar el éxito de su ayuda. Y que no se preocupara que yo iba a pagar el almuerzo.
Bueno pues, al mediodía le digo a uno de mis compañeros que me acompañara al almuerzo, grande fue mi sorpresa cuando en la cevichería estaba el ingeniero con toda su familia, su esposa, sus tres hijos, la abuela y una tía, que creo era la criada.
Ellos pidieron lo que querían, además eran tragones, los hijos eran gorditos. Pucha en mi mente estaba preocupado por la cuenta, pero sonreía nomás para que no se den cuenta. Con mi compañero nos mirábamos y rogábamos que ya estén llenos.
Bueno, culminado el almuerzo, el mozo trajo la cuenta. Era altísima, además el restauran era ficho, yo pensaba que seríamos tres personas nomás.
Pucha, no me quedó más remedio que pagar con plata de caja chica de la obra. Después ya iba a ver como arreglaba las facturas. Desde ahí le pusimos su chapa al ingeniero, como el Ingeniero Pendejo. Después me enteré que era recontra pendejazo, una vez quise invitar a su secre a almorzar, pero él se molestó y me dijo que ella no podía porque tenía mucho trabajo que hacer y que no le molestara. Después me enteré que en realidad su rica secretaria, era su amante.
Autor: José Antonio
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