E
Poema a Claudia
(Segunda Parte)
Claudia mía, amor de mis amores
reina mía, raíz de mis dolores
tan distante te veía, amor inacabable
como estrella lejana, tan inalcanzable.
Algo inusual, tiene que suceder
¡que suerte bendita!, no lo puedo creer
cerquita a mi casa, Claudia vivía
vecinita querida, me llenas de alegría.
Ahora a Claudia, a la academia la acompañaba
en una esquina impaciente, yo la esperaba
por las mañanas ansioso, la veía aparecer
nada existía, solamente tú... mi amanecer.
Como no iba a encantarme con su presencia
si con ella, mi vida ha encontrado su esencia
te digo, de todas, tú has sido la mas querida
un amor así, solo sucede una vez en la vida.
Solo Claudia con un simple roce, me ha electrizado
con su fascinante mirada, me ha hipnotizado
con su radiante sonrisa, me ha entusiasmado
y con su alucinante belleza, me ha deslumbrado.
Díganme, si eso no es amor, ¿Qué es?
claro que es el amor, que a mis 17 años
tocó mi corazón, me colmó de emoción
haciéndome perder, toda la razón.
Fue una tarde, que el cielo yo toqué
una tarde, que en mi vida, jamás olvidaré
no se como, cerca a Claudia yo quedé
hechizado y tembloroso, tiernamente la besé.
Felizmente para mí, Claudia no se molestó
más bien en sus labios, una sonrisa dibujó
en ese momento inolvidable, yo me sentí su dueño
que hoy recuerdo, como un maravilloso sueño.
¿Cómo llegué a mi casa?, no lo recuerdo
en la pensión decían, éste no está cuerdo
murmuraban, está drogado, está huasca
parecía, que había tomado ayahuasca.
Todas las baladas, ahora las cantaba
todas las tonadas, ahora las bailaba
hasta un día gris y nublado me alegraba
nada me molestaba, nada me preocupaba.
Este extraordinario amor, crecía y crecía
mientras mis notas decrecían y decrecían
pasé de ser un alumno bueno y aplicado
a ser un alumno, flojo y despreocupado.
Sin duda, Claudia me estaba conmoviendo
mis días maravillosos, estaba yo viviendo
todo era felicidad, todo era alegría
esta beldad decía, algún día será mía.
Pero, como serán las cosas de la vida
el destino egoísta, complotó con envidia
no fui capaz de manejar la situación
dejando escapar, esa inigualable ocasión.
Debo admitir, que tengo yo la culpa
y no se los digo, como una disculpa
esta cobardía de mi amor por ella
hacía que la vea, como una estrella.
Como dice la canción, así yo me portaba
este amor imposible, me acobardaba
¿porqué no le dije?, lo mucho que la quería
¿porqué no le dije?, que por ella me moría.
Pasado poco tiempo, los dos ingresamos
en la universidad, más nos distanciamos
cada uno en su facultad, cada uno por su lado
yo la veía desde lejos, me sentía anulado.
Pero una noche alegre, de fiesta de cachimbo
yo me sentí en la gloria, creí estar en el limbo
esa gran noche, celebrando mi cumpleaños
yo bailé con Claudia, mis inolvidables 18 años.
Si los ángeles bailan, con Claudia bailaría
si el amor embriaga, con Claudia me embriagaría
si las estrellas brillan, con Claudia resplandecería
si el cielo existe, con Claudia para siempre, viviría.
Mas tarde, sin piedad, la noche me destrozó
al ver a Claudia en besos y abrazos de otro amor
ella se dio cuenta, que muy triste la miraba
mis ojos me gritaban, que mi farsa terminaba.
Lo peor de mi vida, vino un ciclo después
un amigo me reveló, no lo vas a creer
¡Claudia está embarazada!, se va a casar
que cruel ironía, esto no me puede pasar.
Paralizado, como una piedra me quedé
al ver el parte de matrimonio, renegué
que hiciste Claudia mía... yo te esperaba
quería concluir mis estudios y te buscaba.
Que tonto e ingenuo, era ese tiempo
porque yo, quería ser alguien en la vida
para que ella se sienta orgullosa de mi
mi sueño fui en vano, ahora si la perdí.
El desdichado día de su matrimonio
con mis amigos, me quise embriagar
impotente, como loco me puse a tomar
estaba muy dolido, quería naufragar.
Al final de la tarde, muy ebrio yo quedé
triste y mareado a la pensión regresé
durante la cena, unas lagrimas dejé caer
me vieron y con vergüenza, yo me retiré.
Un buen amigo, en mi dolor me acompañó
en un parque mi alma en pena se derrumbó
mi amigo me consolaba y más yo lloraba
creo que si estaba solo, de seguro me mataba.
Ahogándome en mis llantos y con el corazón moribundo
quise llamarla, antes que se acabe el mundo
sorprendida, Claudia no se negó a contestar
y me dijo, que en media hora, partía al altar.
Dame unos minutos, que te quiero decir
que no soporto más, mi triste sentir
desde hace tiempo quise decirte amor
que no aguanto en mi pecho, este dolor.
Disculpa, que te lo diga, este momento
aunque sea tarde, te digo lo que siento
quiero decirte que por ti, yo me muero
y aunque nunca seas mía, yo te quiero.
Aquel momento crucial yo temblaba
ella se quedó muda, ni murmuraba
¿Estás ahí Claudia?, yo le decía
si... me contestaba y proseguía.
No es justo, lo que le pasa a mi vida
marcado para siempre, con esta grave herida
quiero decirte, que te extraño y reclamo
quiero que sepas, que yo ¡Te Amo!
Claudia, yo solo quería que lo supieras
no te imaginas cuanto sufro, si me vieras
y me duele saber, que nunca estarás conmigo
te me vas y me dejas, como un mendigo.
Porque te quiero, deseo que seas feliz en tu nueva vida
aunque quizás, nunca más te vea querida
y quiero que quede en tu ser, lo que te diré
que nunca... nunca, nunca, de ti me olvidaré.
Y para que jamás te olvides de esta declaración
quiero gritar, junto con mi moribundo corazón
¡Claudia... yo... TE AMOOOOOOOOO!
y mi adolorido grito, se ahogó en la oscuridad.
hundiéndome hasta el fondo, de mi triste realidad.
Que inoportuno el tiempo, quería conspirar
quedaban 10 segundos y todo iba a culminar
descorazonado.. a terminar me apresuré
¡ Adios Claudia mía!... le dije, y la señal se fue.
Desamparado y desahuciado, de rodillas yo caí
lagrimas sangraba, me dispuse a morir
el frío invierno, arreciaba contra mi
esa noche sollozando, yo me dormí.
Así, fue el triste final de mi gran amor
te lo cuento amiga y te lo cuento con dolor
esta sufrida historia, mereció ser rememorada
porque sé que ahorita, estás emocionada.
Pasado el tiempo, un amigo me confesó
Claudia tuvo una niña y después se divorció
su hija es ahora una adolescente, una señorita
tal vez sea como tú, soñadora y bonita.
Que quizás lagrimeando, estás viviendo esta poesía
dedicado con cariño, a mi amor, mi utopía
San Marcos, Juan Pablo II, Jesús ó María
quién haga el milagro, lo juro... le rendiré pleitesía.
Claudia mía, amor de mis amores
reina mía, raíz de mis dolores
tan distante te veía, amor inacabable
como estrella lejana, tan inalcanzable.
Algo inusual, tiene que suceder
¡que suerte bendita!, no lo puedo creer
cerquita a mi casa, Claudia vivía
vecinita querida, me llenas de alegría.
Ahora a Claudia, a la academia la acompañaba
en una esquina impaciente, yo la esperaba
por las mañanas ansioso, la veía aparecer
nada existía, solamente tú... mi amanecer.
Como no iba a encantarme con su presencia
si con ella, mi vida ha encontrado su esencia
te digo, de todas, tú has sido la mas querida
un amor así, solo sucede una vez en la vida.
Solo Claudia con un simple roce, me ha electrizado
con su fascinante mirada, me ha hipnotizado
con su radiante sonrisa, me ha entusiasmado
y con su alucinante belleza, me ha deslumbrado.
Díganme, si eso no es amor, ¿Qué es?
claro que es el amor, que a mis 17 años
tocó mi corazón, me colmó de emoción
haciéndome perder, toda la razón.
Fue una tarde, que el cielo yo toqué
una tarde, que en mi vida, jamás olvidaré
no se como, cerca a Claudia yo quedé
hechizado y tembloroso, tiernamente la besé.
Felizmente para mí, Claudia no se molestó
más bien en sus labios, una sonrisa dibujó
en ese momento inolvidable, yo me sentí su dueño
que hoy recuerdo, como un maravilloso sueño.
¿Cómo llegué a mi casa?, no lo recuerdo
en la pensión decían, éste no está cuerdo
murmuraban, está drogado, está huasca
parecía, que había tomado ayahuasca.
Todas las baladas, ahora las cantaba
todas las tonadas, ahora las bailaba
hasta un día gris y nublado me alegraba
nada me molestaba, nada me preocupaba.
Este extraordinario amor, crecía y crecía
mientras mis notas decrecían y decrecían
pasé de ser un alumno bueno y aplicado
a ser un alumno, flojo y despreocupado.
Sin duda, Claudia me estaba conmoviendo
mis días maravillosos, estaba yo viviendo
todo era felicidad, todo era alegría
esta beldad decía, algún día será mía.
Pero, como serán las cosas de la vida
el destino egoísta, complotó con envidia
no fui capaz de manejar la situación
dejando escapar, esa inigualable ocasión.
Debo admitir, que tengo yo la culpa
y no se los digo, como una disculpa
esta cobardía de mi amor por ella
hacía que la vea, como una estrella.
Como dice la canción, así yo me portaba
este amor imposible, me acobardaba
¿porqué no le dije?, lo mucho que la quería
¿porqué no le dije?, que por ella me moría.
Pasado poco tiempo, los dos ingresamos
en la universidad, más nos distanciamos
cada uno en su facultad, cada uno por su lado
yo la veía desde lejos, me sentía anulado.
Pero una noche alegre, de fiesta de cachimbo
yo me sentí en la gloria, creí estar en el limbo
esa gran noche, celebrando mi cumpleaños
yo bailé con Claudia, mis inolvidables 18 años.
Si los ángeles bailan, con Claudia bailaría
si el amor embriaga, con Claudia me embriagaría
si las estrellas brillan, con Claudia resplandecería
si el cielo existe, con Claudia para siempre, viviría.
Mas tarde, sin piedad, la noche me destrozó
al ver a Claudia en besos y abrazos de otro amor
ella se dio cuenta, que muy triste la miraba
mis ojos me gritaban, que mi farsa terminaba.
Lo peor de mi vida, vino un ciclo después
un amigo me reveló, no lo vas a creer
¡Claudia está embarazada!, se va a casar
que cruel ironía, esto no me puede pasar.
Paralizado, como una piedra me quedé
al ver el parte de matrimonio, renegué
que hiciste Claudia mía... yo te esperaba
quería concluir mis estudios y te buscaba.
Que tonto e ingenuo, era ese tiempo
porque yo, quería ser alguien en la vida
para que ella se sienta orgullosa de mi
mi sueño fui en vano, ahora si la perdí.
El desdichado día de su matrimonio
con mis amigos, me quise embriagar
impotente, como loco me puse a tomar
estaba muy dolido, quería naufragar.
Al final de la tarde, muy ebrio yo quedé
triste y mareado a la pensión regresé
durante la cena, unas lagrimas dejé caer
me vieron y con vergüenza, yo me retiré.
Un buen amigo, en mi dolor me acompañó
en un parque mi alma en pena se derrumbó
mi amigo me consolaba y más yo lloraba
creo que si estaba solo, de seguro me mataba.
Ahogándome en mis llantos y con el corazón moribundo
quise llamarla, antes que se acabe el mundo
sorprendida, Claudia no se negó a contestar
y me dijo, que en media hora, partía al altar.
Dame unos minutos, que te quiero decir
que no soporto más, mi triste sentir
desde hace tiempo quise decirte amor
que no aguanto en mi pecho, este dolor.
Disculpa, que te lo diga, este momento
aunque sea tarde, te digo lo que siento
quiero decirte que por ti, yo me muero
y aunque nunca seas mía, yo te quiero.
Aquel momento crucial yo temblaba
ella se quedó muda, ni murmuraba
¿Estás ahí Claudia?, yo le decía
si... me contestaba y proseguía.
No es justo, lo que le pasa a mi vida
marcado para siempre, con esta grave herida
quiero decirte, que te extraño y reclamo
quiero que sepas, que yo ¡Te Amo!
Claudia, yo solo quería que lo supieras
no te imaginas cuanto sufro, si me vieras
y me duele saber, que nunca estarás conmigo
te me vas y me dejas, como un mendigo.
Porque te quiero, deseo que seas feliz en tu nueva vida
aunque quizás, nunca más te vea querida
y quiero que quede en tu ser, lo que te diré
que nunca... nunca, nunca, de ti me olvidaré.
Y para que jamás te olvides de esta declaración
quiero gritar, junto con mi moribundo corazón
¡Claudia... yo... TE AMOOOOOOOOO!
y mi adolorido grito, se ahogó en la oscuridad.
hundiéndome hasta el fondo, de mi triste realidad.
Que inoportuno el tiempo, quería conspirar
quedaban 10 segundos y todo iba a culminar
descorazonado.. a terminar me apresuré
¡ Adios Claudia mía!... le dije, y la señal se fue.
Desamparado y desahuciado, de rodillas yo caí
lagrimas sangraba, me dispuse a morir
el frío invierno, arreciaba contra mi
esa noche sollozando, yo me dormí.
Así, fue el triste final de mi gran amor
te lo cuento amiga y te lo cuento con dolor
esta sufrida historia, mereció ser rememorada
porque sé que ahorita, estás emocionada.
Pasado el tiempo, un amigo me confesó
Claudia tuvo una niña y después se divorció
su hija es ahora una adolescente, una señorita
tal vez sea como tú, soñadora y bonita.
Que quizás lagrimeando, estás viviendo esta poesía
dedicado con cariño, a mi amor, mi utopía
San Marcos, Juan Pablo II, Jesús ó María
quién haga el milagro, lo juro... le rendiré pleitesía.
Autor: José Antonio
3 comentarios:
Que bello mi nombre es Claudia y no tenia idea que con mi nombre se habia escrito algo tan lindo felicitaciones
SIMPLEMENTE HERMOSO..¡¡ ALGO SIMILAR A MI ME SUCEDIÓ, Y SÍ TAMBIÉN SE LLAMA CLAUDIA
Severoooooooooooooooo!!!
Publicar un comentario
PUEDE ESCRIBIR SU COMENTARIO, CRÍTICA Ó FELICITACIÓN AQUÍ... MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS.
COMENTARIO: